Bailacuentos
Bailacuentos es poner frente a un espejo la vejez y la niñez. El personaje principal representado a través de un títere de tamaño natural y corporizado por dos bailarinas es un anciano, un personaje simbólico para reflexionar sobre el envejecimiento y las distintas facetas de la vida.
A lo largo de la obra se plantea la metamorfosis de habitar un cuerpo, los sueños y los recuerdos y se sostiene el juego entre la fantasía y la realidad buscando recobrar la capacidad de asombro.
La escenografía son cajas de cartón que refieren a incontables recuerdos que con el paso de los años almacenamos y arrinconamos, olvidando aspectos esenciales de nuestro ser.